1
Muchacha.
Me hace usted el favor y me regala la cuenta final.
Sí claro todo incluido una sola cuenta
la mía,
la única,
la que gaste desde el principio.
Me anota en la primera noche el espacio estrellado.
Cuando la lengua de luces
de la Punta de Arenas
Se asomó por la ventana
del treinta noventa y cuatro.
Y subió veloz por el camino viejo de Esparta.
Hasta el valle del resto de las veladoras.
La primera noche de sueños
La primera noche de falta de sueños.
Cuando el futuro estaba en comerse de un bocado, en un suspiro
De una gran dentellada
la Costa Rica entera
La de los tres oceanos
(porque en el golfo del oeste, esta el tercer gran mar...)
El mar de las esperanzas perdidas.
de los desencantos,
de las sepulturas,
de las niñas extraviadas,
de la arena negra,
del carnaval.
Del volver a despertar y darte cuenta que sigue siendo el mismo día
De la misma noche.
De la misma Costa.
De la misma Rica
Del nunca yo.
2
Luego luego, en la noche segunda
Me regalas la segunda cuenta
De la segunda tarde
Incluida la segunda noche con su segundo amanecer
La segunda que nunca gaste.
La que incluye nada, junto con todo.
la que no es mía y que no es de nadie
la de todos...
la que no he tocado...
y sin embargo debo desde el principio
(desde siempre he debido)
Me la desmenuzas
(la segunda cuenta)
Igual que aquel ceviche de chuchecas negras
(ese si fue el primero)
Del rumbo de Caldera,
de la Mata,
del Limón.
Del rumbo de la loma de la Iguana Azul
Así desmenuzada
te pago la cuenta del segundo día
Con pedazos
frescos
de
mi
corazón.
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