viernes

poemas viejos, amarillos

Las mudanzas son como la vida, te detienes un momento y esculcas todos los rincones de tus posesiones. Estos textos me los encontré entre todo lo que he acumulado a traves de los años, curioso, siento que los escribí ayer, sin embargo son de hace mas de veinte años.

1

Dame
los silencios ocultos
en las nubes rojas del atardecer,
y tus dientes blancos.

Dame
la huella en los caminos largos
llenos de polvo espeso
y barro

Dame
las arenas blancas y saladas,
los esteros secos
las bahias negras

y del callado amanecer

dame el recuerdo.

2

La presencia es sendero
la ausencia
dolor.
Sendero de espontaniedades bañadas de rocíos matinales.
Dolor
de frases quebradizas,
estrelladas.

Sendero de vivencias
azul cielo,
palabras completas
azul mar.

Senderos paralelos que se alargan
que se extienden sin abrirse
que se mueren sin cerrarse.

La presencia es camino,
la ausencia
temor.

3

En mi soledad
los caminos son historias,
de silencios
rocas,
de sonrisas
vientos.

Porque en mi soledad no caben mas recuerdos,
y mis libertades se trazan en profundidades
oceanos vanos
universos fríos
surrealismos mudos
nada.

La soledad es un nudo en la garganta,
en el alma y despertar soñando.
Es querer atrapar la realidad
y estrangularla,
es pisar tiempos
y ver tiempos pisoteados.

Olvidar,
ser olvidado.

Tu y mi soledad se contradicen:
no existes
mi soledad es mi universo
naces
mi soledad se desintegra.

En mi soledad
las rocas siguen sin moverse.

4

Tengo la capacidad de amarte hasta el ocaso,
cuando el sol revierta su mirada,
y las sombras, calladas
se repartan.

Los colores se apagan con la noche
y los rostros
mudos
se reencuentran.

Tengo la capacidad de esperarte hasta el invierno,
para trazar juntos
senderos en la lluvia
para soñar juntos
la mañana.

5

Me quedó el sabor a arena húmeda
y salada,
me quedó la noche
disfrazada de murmullos,
disfrazada de alegrías,
de silencio entre palabras,
de presencia.

Me quedó el sabor
salado todavía de tu ausencia
y la música suave del recuerdo
me quedó el silencio
todavía
y la garganta seca.

Me quedaron versos y figuras
y poemas blancos
poemas ahogados
amarillos,
poemas secos,
frescos
incoherentes.

Poemas dulces con ideas inconclusas
poemas lisos
de infinitas dimensiones
que se pierden el la noche de los tiempos
y estallan
bañando el planeta de demencia.

Me quedó la vista clara
y el sendero
y el deseo inmenso de avanzar.

6

Me expando con la brisa matutina
de los caminos marinos
y con el palpitar callado
del vuelo de tu sonrisa.

Con el sudor salado
de jornadas verticales
en campos extranjeros,
con palabras escritas
que rompen soledades
en multitudes sedientas de existencias minimizantes.

¿quien reza entre concreto?

yo
porque mi libertad se quedó en los matorrales
y porque mi libertad con remiendos
es sumisa

los caminos se enchanzan
mi libertad se muere

7

Aquí me encuentro
sentado en el presente
con mi libertad rota,
pensando en un futuro que no sé
si para mi existe.

Muriéndome el pasado
olvidándome tu rostro
viviendo de recuerdos.

Aqui me encuentro
luego entonces
existo.

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